En el Warung, siempre nos han resultado interesantes las artimañas utilizadas por los gobiernos democráticos para desviar la atención de los ciudadanos de los asuntos más peliagudos y de las decisiones más antipopulares. Nos referimos, evidentemente, a las de los gobiernos democráticos, porque en los autoritarios éstas no hacen mucha falta y los trucos no requieren de mucha inventiva, con inaugurar pantanos o parques temáticos ya es suficiente.
En Indonesia, un Estado aconfesional pero en el que el Islam, en tanto que religión mayoritaria, tiene un peso importantísimo, los temas relacionados con la moral religiosa constituyen una fuente, casi inagotable, de asuntos susceptibles de ser utilizados para desviar la atención de la ciudadanía. Sobre todo, de aquellas cuestiones que puedan tener un impacto negativo para el gobierno, como son las relacionadas con la corrupción o con decisiones impopulares de carácter económico.
En los periódicos indonesios de ayer (Martes, 13 de marzo de 2012), podía leerse que el Presidente Yudhoyono había establecido una “Unidad de Acción para la prevención y la gestión de la pornografía”. Se trata de una unidad interministerial, formada por un buen número de ministros del «Gabinete de la Indonesia Unida» del Presidente SBY, así como por el Director General de la Policía, el Fiscal General, el Director de la Comisión de Radiodifusión de Indonesia y el Director de la Institución para la Censura de las Películas. Según el responsable de esta Unidad, el Ministro Coordinador del Bienestar Popular, Agung Laksono, del Golkar, la creación de ésta era el paso que faltaba para el completo desarrollo e implementación de la Ley “Orgánica” nº 44 del año 2008 sobre la Pornografía.
La tramitación de esta ley fue una de las concesiones del Presidente al Partai Keadilan Sejahtera (Partido de la Justicia y la Prosperidad), el PKS, el partido islamista moderado que le había apoyado en la campaña para su elección en 2004 y que, como consecuencia de ello, paso a ocupar diversos cargos ministeriales en el primer gobierno SBY. El proceso legislativo desató una gran polémica alrededor de lo qué era y lo qué no era pornografía, y sobre todo, por la carga de moral islámica en la ley, algo que podía representar una amenaza para la convivencia en algunas de las regiones del país donde ésta no es la religión mayoritaria. Tal fue la polémica, que el propio PKS, el gran defensor de a ley en el Parlamento, mantuvo la carta anti-pornografía algo escondida durante la campaña para las elecciones legislativas de 2009, unas elecciones en las que este partido pretendía convertirse en uno de los tres grandes del país junto al Golkar y el PDI-P (Partido de la Democracia Indonesia –La Lucha).
La estrategia no funcionó y el PKS apenas aumento su porcentaje de voto, pero de eso ya hablaremos otro día. Lo que hoy nos interesa es la prisa repentina que le ha entrado al gobierno para formar la mencionada unidad de acción contra la pornografía, cuando hasta ahora ésta no se había necesitado a pesar de que desde su aprobación, en noviembre de 2008, la ley ha sido muy difícil de implementar.
Como ya decíamos en “Indonesia y la política Pop”, el Partai Demokrat del Presidente SBY, o más concretamente su actual Secretario General, Anas Urbaningrun, ha sido salpicado por algunos casos de corrupción y tal vez fuera conveniente revivir la polémica de la ley anti-pornografía para que los periódicos tuvieran otro tema con tirón con el que llenar sus portadas. Sin embargo, la corrupción en el PD es un tema que no afecta negativamente a los demás partidos de gobierno, más bien lo contrario, así que la cuestión de la que se quiere desviar la atención tiene que ser otra, una decisión gubernamental que acarree consecuencias negativas para todos los partidos de la coalición dominante.
Todo hace indicar que dicha cuestión tiene que ver con la decisión tomada por el gobierno hace un par de semanas en la que anunciaba que, de cara a reducir el déficit en los presupuestos de 2012, el próximo 1 de abril habría un aumento del precio de la gasolina. Un anuncio que ha provocado varias manifestaciones en las principales capitales del país y ha despertado la ira de los sectores más populares de la sociedad indonesia. Hoy mismo, sin ir más lejos, seis estudiantes han entrado en el edificio del Parlamento Nacional y han descolgado una foto del presidente de una de las paredes del edificio en señal de protesta.
El PDI-P, el principal partido de la oposición y prácticamente el único ya que seis de los nueve partidos con representación en el parlamento forman parte del gabinete de gobierno, ha comentado que el decreto presidencial para la creación de la mencionada unidad de acción solo busca generar polémica y que, a día de hoy, en el país hay otras prioridades en las que centrarse.
Veremos si la carta de la pornografía cumple con su objetivo y el gobierno indonesio puede tener una primavera tranquila.
Imagen: Tempo.co.id